ALMERÍA MÁGICA es la culminación de un proyecto de muchos años, que empezó el día que pisé el suelo de esta tierra y decidí recorrerla, casi piedra a piedra, desde Las Alpujarras a Cabo de Gata, desde La Alcazaba a Los Millares, desde sus desiertos a sus calas increíbles.
Dice el poeta almeriense Emilio Barón en sus versos:
“..Mírala. ....... Recatada y aparte. Al norte, campos verdes y montes de los Vélez, con el castillo aquel empinado entre riscos, fantasmal y soberbio. Las playas arenosas de Levante, Rodalquilar, El Plomo, Aguamarga, Las Negras… En su mitad más honda, el río Almanzora, canteras de mármol, agua y frutales. La herida blanca luego, abierta al sol, de Sierra Nevada. Y las Alpujarras altas, que bajan para morir entre parrales y plásticos.."
Y yo la miré, la observé a través del objetivo de mi cámara. Y de esa mirada surge esta serie fotográfica, que ha ido evolucionando y creciendo a lo largo de 20 años, el trabajo más maduro y depurado de los que he hecho hasta ahora.
Técnicamente, en esta colección busco una imagen abstracta y conceptual, casi onírica, acorde con esa ALMERÍA MÁGICA que yo descubro, una nueva versión de la misma cuyo centro son unos cielos irreverentes, construidos con cientos de fotografías, captadas en distintas horas y estaciones, de un mar Mediterráneo que así se transforma en aire. Las texturas marinas y los paisajes terrestres se enfrentan y hermanan directamente, sin mediadores, en un sincretismo imposible, que multiplica su intensidad y define su identidad con una pureza extrema.
Pretendo plasmar en ella las tonalidades de la tierra almeriense, sus contrastes imposibles, mezcla de minerales a ras del suelo y de formas volcánicas que erupcionan intempestivamente..
...Y el mar, sobre todo el mar ..
Porque para mí, la esencia de Almería, -y en definitiva el leitmotiv de esta exposición- es esa maravillosa y sorprendente paradoja: el mar bañando el desierto. Como mucho mejor que yo expresara otro gran poeta almeriense, Juan José Ceba Pleguezuelos:
"Tu alma es en el mar: lo sobrevuelas, lo llamas, lo dominas, en él te regocijas, te expandes toda entera, a él te das, te fundes y te confundes en corolas de agua..."
Un mar que refleja cielos a los que roba sus colores, y que no solo se encuentra en sus farallones costeros, también está presente en sus cultivos exuberantes, refugiados bajo el plástico de los calores implacables, en pueblos que se esconden en la montaña y en cuyo corazón el agua duerme en fuentes invisibles, y en las piedras milenarias de sus asentamientos neolíticos, otrora cubiertas por ríos que llegaban a ese mar, entonces mucho más cercano. Un mar que hay que proteger, cuidar y valorar en su justa medida, porque es el corazón de un ecosistema único, que milagrosamente ha logrado sobrevivir protegido por esta tierra y por sus moradores.
Ojalá que estas fotos sirvieran para hacernos más conscientes de lo apremiante de esta tarea.
Termino con una cita de otro magnífico poeta, nacido fuera de Almería, pero, como yo, atrapado para siempre por la magia de esta tierra , Jose Angel Valente, cuyas palabras definen mucho mejor que las mías lo que trato de transmitir en las obras que muestro en esta exposición:
"El color no es color, es tan sólo la luz. Y la luz sucedía a la luz en las láminas de tenue transparencia. El cabo baja hacia las aguas, dibujado perfil por la mano de un dios que aquí encontrara acabamiento, la perfección del sacrificio, delgadez de la línea que engendra un horizonte o el deseo sin fin de lo lejano. El dios y el mar. Y más allá, los dioses y los mares. Siempre"
























